JUICIO
REFLEXIÓN SOBRE EL LENGUAJE SEXISTA
Se discute si el origen del sexismo está en la propia lengua o es la sociedad quien lo crea. En cualquier caso lo que más nos interesa es conseguir que no exista dicho sexismo, ni en el lenguaje ni en la sociedad, es decir, que no se produzca una discriminación entre el sexo masculino y el sexo femenino.
Creemos que para cambiar esto lo primero que debe modificarse es la mentalidad de la sociedad, dejando a un lado los extremos, valorando a todos por igual, pero siempre teniendo en cuenta que en muchas ocasiones no procede hacer dicha distinción.
Debemos de tener en cuenta, que en nuestra lengua no siempre el género gramatical coincide con el sexo biológico, por esto, el género masculino es genérico en ciertas palabras.
Haciendo referencia a las entrevistas que hemos hecho a personas de distintas generaciones, podemos observar cómo ha evolucionado este tema, en cuanto a que la gente piensa que la sociedad ya no es tan machista como era antes, pero que todavía queda mucho camino por recorrer.
No son solo las mujeres las que defienden el cambio de este hecho, sino que los hombres también están de acuerdo con ello. Piensan que todos somos iguales, en los trabajos y derecho a un mismo sueldo, en las labores del hogar, en el cuidado de los hijos… Pero también opinan que no hay que llegar tan lejos con el lenguaje sexista, ya que siempre se ha dicho niños, alumnos o profesores y generalmente, las mujeres no se han sentido lastimadas.
Por otra parte, vivimos en una sociedad en la que, a pesar de los avances que se están produciendo, se asignan sistemas de valores, pautas de comportamiento y roles distintos, con diferente reconocimiento social a mujeres y hombres impidiendo la igualdad de oportunidades y el pleno desarrollo de las personas independientemente de su sexo. El lenguaje refleja esta situación y contribuye a reforzarla, pero también se muestra como un posible instrumento para el cambio.
De cara a nuestro futuro profesional, opinamos que debemos educar en la igualdad desde la infancia, mostrando la importancia del lenguaje en el desarrollo de la identidad, proponer pautas para detectar y corregir el uso sesgado del lenguaje en razón del sexismo, y favorecer la reflexión de quien lo lea para que adopte una posición favorable al cambio e intente mejorar su modo habitual de expresarse.
De esta forma podemos concluir en que, como hemos dicho antes, nunca debemos llegar a los extremos y siempre hay que intentar respetar y tener en cuenta las opiniones de los demás, ya que si alguien sabe que a otros les molesta que digan “chicos” no cuesta nada decir “alumnado” o “chicos y chicas”.
Creemos que para cambiar esto lo primero que debe modificarse es la mentalidad de la sociedad, dejando a un lado los extremos, valorando a todos por igual, pero siempre teniendo en cuenta que en muchas ocasiones no procede hacer dicha distinción.
Debemos de tener en cuenta, que en nuestra lengua no siempre el género gramatical coincide con el sexo biológico, por esto, el género masculino es genérico en ciertas palabras.
Haciendo referencia a las entrevistas que hemos hecho a personas de distintas generaciones, podemos observar cómo ha evolucionado este tema, en cuanto a que la gente piensa que la sociedad ya no es tan machista como era antes, pero que todavía queda mucho camino por recorrer.
No son solo las mujeres las que defienden el cambio de este hecho, sino que los hombres también están de acuerdo con ello. Piensan que todos somos iguales, en los trabajos y derecho a un mismo sueldo, en las labores del hogar, en el cuidado de los hijos… Pero también opinan que no hay que llegar tan lejos con el lenguaje sexista, ya que siempre se ha dicho niños, alumnos o profesores y generalmente, las mujeres no se han sentido lastimadas.
Por otra parte, vivimos en una sociedad en la que, a pesar de los avances que se están produciendo, se asignan sistemas de valores, pautas de comportamiento y roles distintos, con diferente reconocimiento social a mujeres y hombres impidiendo la igualdad de oportunidades y el pleno desarrollo de las personas independientemente de su sexo. El lenguaje refleja esta situación y contribuye a reforzarla, pero también se muestra como un posible instrumento para el cambio.
De cara a nuestro futuro profesional, opinamos que debemos educar en la igualdad desde la infancia, mostrando la importancia del lenguaje en el desarrollo de la identidad, proponer pautas para detectar y corregir el uso sesgado del lenguaje en razón del sexismo, y favorecer la reflexión de quien lo lea para que adopte una posición favorable al cambio e intente mejorar su modo habitual de expresarse.
De esta forma podemos concluir en que, como hemos dicho antes, nunca debemos llegar a los extremos y siempre hay que intentar respetar y tener en cuenta las opiniones de los demás, ya que si alguien sabe que a otros les molesta que digan “chicos” no cuesta nada decir “alumnado” o “chicos y chicas”.